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miércoles, 16 de febrero de 2011

Sondas Vesicales


Es una de las técnicas del Sado medical.

Las sondas vesicales son productos sanitarios de un solo uso, e instrumentos con forma de tubo y de composición, calibre, longitud y consistencia variable.

Se introducen a través de la uretra, hasta la vejiga urinaria, para evacuar la orina contenida en su interior o bien instilar líquido a través de la misma, con fines diagnósticos o terapéuticos.

Las sondas urinarias se utilizan para:

  • Vaciar la vejiga en caso de retención urinaria.
  • Control de la cantidad de la diuresis.
  • Recoger muestra de orina estéril, cuando no se puede obtener por los medios habituales.
  • Determinar si persiste orina residual después de una micción espontánea.
  • Permitir la cicatrización de vías urinarias tras la cirugía.
  • Realizar irrigaciones vesicales en caso de hematuria (lavados), o administrar medicación con finalidad de diagnóstico o tratamiento.
  • Mantener seca la zona genital en pacientes incontinentes en situaciones especiales, como es el caso del tratamiento de escaras, úlceras o dermatitis de contacto en la región genitourinaria o sacra de difícil manejo.

Las sondas pueden ser de muy diferentes materiales, y las más utilizadas son de látex, de látex siliconado, de silicona pura, de polivinilo y los poliuretanos.

Látex: De uso muy frecuente, sin embargo las sondas de látex pueden provocar alergia en las personas alérgicas al látex. Para evitarlo existen sondas de látex recubierto por una capa de silicona.

Silicona: Los catéteres de silicona son los que presentan mayor biocompatibilidad y a igualdad de calibre exterior, mayor calibre funcional (luz interior), por lo que pueden ser más finas y tener por tanto mejor tolerancia.


Tipos de sondas según el calibre: Los calibres deben seleccionarse según el sexo, la edad y características del paciente:

  • Adultos. Existen sondas desde el calibre 8 al 30. Los calibres que se utilizan con más frecuencia son:
·      Mujeres: CH 14 y 16.
·      Varones CH 16-18-20-22.

  • Pediátricas: CH 06–10.

Según la longitud:
  • Masculinas: 40 cm.
  • Femeninas: 20 cm.

  • Pediátricas: 20 cm.

Según el tiempo de permanencia del sondaje: Las sondas utilizadas para el vaciado por autosondaje intermitente son diferentes a las utilizadas en el sondaje permanente.

El sondaje intermitente es el principal tratamiento de la incontinencia causada por daño medular o daño de los nervios que controlan la micción, y que producen incontinencia con mal vaciado de la vejiga. Consiste en la introducción de un catéter o sonda en la vejiga, a través de la uretra, para vaciarla de orina. La frecuencia del sondaje dependerá del volumen de orina diario y de la capacidad de la vejiga (3-4 sondajes diarios) y se realiza por el propio paciente o sus cuidadores (autosondaje).

Sondaje permanente, en el que la sonda es mantenida en su lugar por un balón que se hincha con aire o agua al colocarla. Está indicado en casos de intervención quirúrgica, para controlar la diuresis, o cuando es necesario mantener una vía de drenaje o de lavado continúo de la vejiga. Una sonda permanente debe cambiarse cada 15-20 días, aunque las sondas de silicona pueden mantenerse un periodo más largo hasta de 2-4 meses.

¿Cómo y dónde se pueden adquirir las sondas vesicales?

Las sondas vesicales son productos sanitarios de venta en farmacias. Están incluidas dentro del catálogo de efectos y accesorios financiados por los servicios de salud, si bien depende del tipo de sonda.

En dependencia del tipo de sonda y de la comunidad autónoma son dispensados, tras la prescripción por el médico en la receta médica oficial, en la farmacia, o entregados directamente en la unidad de especializada (es el caso de algunas sondas especiales en pacientes con paraplejia o tetraplejia por ejemplo). En algunos casos los modelos de sonda que le prescriben requieren, para ser financiados por el servicio de salud, que la receta sea visada o solicite el reintegro de gastos.

Por ello aconsejamos preguntar en el centro de salud para conocer exactamente, en su caso, y para la sonda concreta que le han indicado, cómo debe de proceder.

Es la causa más frecuente de infección urinaria nosocomial y prolonga la estancia en el hospital entre 2 y 10 días. Entre el 30 y el 45% de las infecciones nosocomiales tienen su origen en un foco urinario y, de estas, un 80% están asociadas al sondaje vesical, puesto que aunque se realice correctamente y con técnica estéril, favorece la entrada de gérmenes en el tracto urinario.

Los mecanismos de contagio más comunes son la contaminación en el momento del sondaje, ya sea por microorganismos de la región perineal o por contaminación de las soluciones antisépticas, instrumental, etc., y la higiene deficiente y/o incorrecta de las manos del personal sanitario al efectuar el sondaje o al manipular la sonda, puesto que ambos facilitan la migración retrógrada de microorganismos por la luz de la sonda. La duración del sondaje urinario es también un factor importante que determina la probabilidad de adquirir una infección urinaria: a los 10 días, cerca del 50% de los pacientes sondados pueden presentar bacteriuria y a los 28 días aparece prácticamente en el 100% de los casos.

La infección urinaria que se produce en pacientes ingresados es mas grave que la ambulatoria por dos razones básicas: el paciente ingresado tiene una patología previa que puede haber deprimido sus mecanismos inmunológicos y los agentes causales son gérmenes hospitalarios más resistentes a los antibióticos. La mayoría de estas infecciones suelen remitir al retirar la sonda o bien con tratamiento antibiótico de corta duración.

El sondaje vesical es la colocación aséptica de una sonda en la vejiga urinaria a través del meato uretral. Una sonda es un tubo de látex o de silicona cuya consistencia depende de su composición. Su tamaño esta calibrado en unidades francesas (CH) que miden la circunferencia externa. Las sondas vesicales tienen uno o varios orificios en la parte distal. Pueden tener 1, 2 ó 3 vías distintas. Las sondas de una vía suelen ser rígidas y se utilizan para sondajes intermitentes. Las sondas de 2 vías se usan para sondajes permanentes y la segunda vía sirve para hinchar el balón con agua destilada para fijarla. La primera vía lleva una guía para facilitar la introducción. En niños prematuros y lactantes pequeños se puede retirar la guía antes de sondar para minimizar el riesgo de provocar una falsa vía. En las sondas de tres vías, la tercera vía se utiliza para irrigar la vejiga de forma continua.


Realización de la técnica

Se debe colocar a la persona en decúbito supino (acostado boca arriba). Después de realizar un lavado higiénico de manos y con los guantes no estériles, se lava los genitales con agua y jabón y se desinfectan con una gasa estéril impregnada en solución antiséptica. Se debe realizar un lavado quirúrgico de manos y colocarse guantes estériles. Se trata de mantener el material lo más estéril posible sin sacarlo de su empaque sobre una mesa (gasas, guantes, jeringa, sonda, lubricante y sistema de bolsa colectora) y procede a su preparación que consiste en:

  • Montar el sistema de la bolsa colectora.
  • Cargar la jeringa con la cantidad de agua adecuada para el balón de la sonda que utilicemos.
  • Comprobar el buen funcionamiento del balón inyectando la cantidad recomendada de agua y esperando unos segundos tras los que se retirará el agua.
  • Aplicar el lubricante a la sonda.
  • Mantener las piernas de la persona a sondear abiertas para tener un acceso total a la zona genital.

Realizar el sondaje:

  • Procedimiento en la mujer: Se coloca a la mujer en decúbito supino con las rodillas flexionadas y separadas. Se realiza la desinfección de la zona genital separando la vulva con el pulgar y el índice de la mano no dominante, identificamos el meato urinario y se limpia con gasa impregnada de desinfectante, siempre con un movimiento descendente. Se introduce la sonda, previamente lubricada, lentamente y sin forzar hasta que comience a fluir la orina, entonces introducimos la sonda 2-3 cm. más, retiramos la guía e inflamos el balón con el agua destilada. Tiramos con suavidad de la sonda para comprobar que queda fijada.
  • Procedimiento en el hombre: Se coloca a el hombre en decúbito supino con las piernas estiradas. Se sujeta el pene en posición vertical con la mano no dominante, se retrae el prepucio y se desinfecta el meato urinario, haciendo un movimiento circular de dentro hacia afuera con una gasa impregnada de desinfectante. Se introduce la sonda, previamente lubricada, lentamente y sin forzar hasta que se encuentra un tope, se inclina el pene a 45o aproximadamente (esta posición favorece el paso por la uretra prostática) y se continua entrando la sonda hasta que comience a fluir la orina. Se introduce la sonda 2-3 cm. más, se retira la guía y se infla el balón con el agua destilada. Se tira con suavidad de la sonda para comprobar que queda fijada.

Conectar la sonda a la bolsa colectora.

  • Proteger la conexión de la sonda con la bolsa con gasa estéril y povidona yodada.
  • Colocar la parte externa de la sonda de forma que se mantenga sin angulaciones, fijándola con esparadrapo en la cara interna del muslo de manera que impida tracciones de la uretra y a la vez permita la movilidad del paciente.
Retirada de la sonda

La maniobra se realiza con guantes no estériles. Se desinfla el balón con una jeringa y se retira la sonda con suavidad y se limpia la zona genital con agua y jabón.

Material:
Gorro y mascarilla.
Guantes estériles.
Empapador desechable.
Talla estéril.
Jeringa de 50 cc. con cono de alimentación.
Solución salina estéril

Complicaciones del sondaje vesical
  • Creación de una falsa vía por traumatismo en la mucosa uretral. No hay que forzar la introducción de la sonda, la cual debe entrar con suavidad. Si no se consigue el sondaje, se debe esperar un rato antes de realizar de nuevo la técnica.
  • Retención urinaria por obstrucción de la sonda. Esta obstrucción puede estar causada por acodamiento de la sonda y por coágulos, moco o por sedimentos de la orina.
  • Infección urinaria ascendente por migración de bacterias a través de la luz de la sonda.
  • Presencia de hematuria posterior al sondaje a causa de alguna pequeña herida provocada al realizar la técnica.

Observaciones:
  • Ante el roce de la sonda con cualquier superficie no estéril, debemos cambiarla por una sonda nueva.
  • Si se introduce erróneamente la sonda en vagina, debe desecharse, desinfectar de nuevo la zona y usar una sonda nueva, repitiendo el procedimiento.
  • Para inflar el balón debe utilizarse agua destilada y no suero fisiológico, puesto que el sodio puede provocar la rotura del balón.
  • Inflar el balón con los mililitros de agua destilada que recomienda el fabricante. Esta maniobra no debe molestar a la persona.
  • Mantener la bolsa colectora siempre por debajo del nivel de la vejiga para evitar reflujos.
  • La bolsa colectora debe vaciarse cada vez que esté llena en dos tercios de su capacidad y cambiarse cada semana.
La capacidad vesical inyectando después de vacía una solución ligeramente antiséptica tibia es de 200 ó 300 centímetro cúbicos.