En inglés se le conoce generalmente como “hair rollers fetish”. Supongo que la manera más adecuada de llamarlo en español podría ser “rulofilia”. El elemento clave de este fetiche son los rulos/ruleros/tubos o como se les llame en otros países, es decir, los cilindros normalmente de plástico que se colocan las mujeres en el cabello para hacerse ondas. También suele tener importancia secundaria, aunque no siempre, la red que se ata sobre los rulos (“hairnet” en inglés) y el secador bajo el cual la mujer se sienta con los rulos puestos.
Las manifestaciones son variadas, pues puede sentir excitación un hombre al ver a una mujer con los rulos puestos, o ver cuando se los están colocando, o colocárselos él mismo. Una mujer podría sentir excitación en esas mismas circunstancias, al colocárselos ella misma o a otra mujer, o al ser vista mientras los usa. También se los colocan algunos de los hombres que tienen este fetiche, lo cual no indica bisexualidad o feminización, sino el fetiche como tal.
Muchos pueden pensar mientras leen estas líneas en el personaje “Doña Florinda”, un ama de casa que siempre usaba delantal y ruleros. Aclaremos que ese era un personaje cómico, no sensual, pensado para ser ridículo y gracioso. En este fetiche es importante que la mujer se vea y se sienta segura de sí misma, sensual, bella incluso con los rulos, gracias a sus ojos, una radiante sonrisa, una excitante pose; que actúe naturalmente como si no los llevara o como si no le importara en lo más mínimo si la ven así. Otra alternativa excitante para quienes tienen este fetiche es ver a mujeres con rulos que preferirían que no las vean o que no las hayan fotografiado, con lo cual se parece a una situación de voyerismo. Incluso en inglés existe la expresión “caught in rollers” (atrapada o soprendida con los rulos) usada para esos casos.
Si piensan que este fetiche es poco frecuente, pueden comprobar fácilmente lo contrario. En yahoo hay numerosos grupos que contienen docenas y hasta cientos de fotos de mujeres con rulos. Esos grupos pueden tener cientos de miembros, y existen en varios países y varios idiomas. Si van a “yahoo grupos” pueden escribir en el buscador: hair rollers, hair curlers, bigoudis, bigodini, o bobes y ver los resultados. También hay grupos similares en flickr.com, el conocido sitio donde se puede subir fotos, y las mismas palabras arrojan interesantes resultados en su buscador. Tampoco se queda afuera youtube, donde algunas “empresas” promocionan y venden videos de mujeres en rulos. Por un precio, el cliente recibe fotos o el video donde le colocan los rulos a una modelo, y por otro precio mayor incluso puede encargar un video con un “guión” pensado por él mismo. Ver por ejemplo, haircinema.com.
Los orígenes precisos del fetiche son un misterio. Diversos testimonios coinciden en la infancia como los primeros recuerdos que los sujetos tienen de mujeres con rulos, con una carga emotiva de afecto, interés o atracción. Sin embargo, no se manifiesta como fetiche hasta la llegada de la adolescencia, es decir, acompañando el despertar sexual.
Lo que lamentan los adeptos a la rulofilia es que los rulos ya no se usen como antes, al ser reemplazados muchas veces por aparatos eléctricos que muchas mujeres encuentran más prácticos, simples y rápidos. Por otro lado, la aparición de internet permite contar con una fuente constante de nuevas imágenes y contactos. En internet también se ha publicado numerosos testimonios e incluso cuentos que incluyen este fetiche, aunque lo más buscado siempre son las imágenes: fotos y videos. Si te gustan las mujeres con rulos, ya ves que no estás solo o sola. Si le gustan a tu pareja, ya conoces una manera adicional de hacer que se excite.
"Agradezco a el Amo Sir Janius por el aporte de este fetiche"