La falaka se origina en Persia, y se utilizaba en Medio Oriente, Grecia, Turquía y en los países musulmanes, era un castigo tradicional en la planta de los pies. En Egipto se le llama madda.
Era un tipo de cepo para inmovilizar los pies, diferente al europeo, el cual era un palo largo y grueso con una soga atada a sus extremos. La soga cuelga flojamente del palo tomando la forma de una "U". Los pies desnudos del condenado se ponen dentro de la soga, y el palo se hace girar enrollándola hasta que los pies quedan firmemente aprisionados contra la madera. Dos hombres sostenían el palo a la altura de la cintura, y los pies así levantados son golpeados. Si no hay una falaka disponible, los pies son atados y sostenidos en el aire por dos hombres que mantienen la soga tirante.
La palabra se usa ahora para el instrumento, para el castigo en sí y para una especie de fusta sin azotera para pegar en los pies, una vara flexible cubierta con cuero enrollado o trenzado.
Pero para castigar también se usan cañas, palos pesados, mangueras de goma y hasta pedazos de caño de metal. A diferencia de lo que ocurre en el bastinado, los golpes se dan con toda la fuerza para que sean dolorosos, y pueden dejar discapacitada a una persona.
Se usa en castigos domésticos y judiciales. Todavía es usada en las escuelas y en el hogar. Parece que se usa para castigos judiciales legalmente en Irán, e ilegalmente en la mayor parte de Medio Oriente. Por los talibanes en Afganistán, pero con una variación y es colocar un tronco con varillas a tolo lo largo y a el final de esta varilla una argolla de metal, así se sujetaban a varias personas, y pasaban una varilla por las argollas de metal, quedando estas sujetas y así realizar el castigo en conjunto.